Dale pensamiento

Estaba viendo un especial de NatGeo, uno de gorilas. Y ya sé lo que quiero, quiero jugar. Jugar como lo hacen ellos. ¿Viste cómo se miman las caras? Acurrucando las mejillas entre las manos; parecieran hacerlo en un movimiento de íntima agresión, es el gesto inmerso en lo más dulce que alguna vez haya experimentado, excepto soñando, cuando soñé, observé movimientos aún más dulces, aunque impúdicos, pero igualmente dulces.
Junto al, justo en, así, en roce exacto. Sin tensión. No creo en la tensión; cada gesto que se impone es un nuevo juego. Las reglas nacen en cada movimiento. Yo quiero eso. Quiero salir a jugar y que me enseñen a hacerlo cada vez más extremo. Que me instruyan a moverme de nuevo, nuevos maestros, que sea pupila del que gesticule otros gestos. Comer manjares, beber el vino que bebe Baco. Yo quiero eso. Y todo eso con la noble conversación de tus delicados miembros.